Estomatitis aftosa

 

La estomatitis aftosa se define comúnmente como ulceraciones recurrentes de la mucosa oral. En términos sencillos, una aparición de estomatitis aftosa a menudo se denomina úlcera bucal. Las áreas más afectadas de la cavidad bucal son la mucosa labial, la mucosa bucal y la lengua. A diferencia de, por ejemplo, el herpes labial, que se desarrolla en el exterior de la boca, estas ulceraciones no son contagiosas. Este es un punto crítico para transmitir a los pacientes, que a menudo tienen percepciones erróneas sobre la transmisibilidad de las úlceras bucales.

 

En términos generales, distinguimos tres presentaciones clínicas principales de estomatitis aftosa según el tamaño y el número de heridas:

 

  • Aftas menores: Típicamente redondas y <10 mm de diámetro.
  • Aftas mayores: Similares a las aftas menores, pero son más grandes (>10 mm de diámetro) y, por lo tanto, requieren un tiempo de curación más prolongado.
  • Úlceras herpetiformes: Múltiples úlceras de <1 mm de diámetro, que ocurren en números de hasta 100.

 

Otras afecciones de la boca que los pacientes pueden confundir con estomatitis aftosa incluyen:

  • Síndrome de boca ardiente
  • Candidiasis oral
  • Virus del herpes simple intraoral recurrente o virus del herpes varicela zóster
  • leucoplasia
  • Liquen plano oral
  • Enfermedad mano-pie-boca
  • Glándulas salivales infectadas
  • absceso dental
  • enfermedad de Behçet

 

Causas de la estomatitis aftosa
Como se mencionó anteriormente, se sabe poco sobre las causas y la etiología de la estomatitis aftosa, a pesar de su alta prevalencia. Esto puede ser frustrante, especialmente para los pacientes que lo padecen con regularidad.

 

Dicho esto, hay una serie de factores predisponentes que usted, como profesional de la odontología, puede discutir con sus pacientes. Éstos incluyen:

 

  • Daño físico a la encía, la lengua u otros tejidos blandos dentro de la boca. Este es quizás el factor más común y fácilmente explicable. Puede ocurrir por una variedad de razones, incluido el cepillado demasiado fuerte (o con filamentos de cerdas demasiado duros), morderse el interior de la boca o la fricción y el desgaste de los aparatos de ortodoncia.

  • Deficiencias hematínicas (nutrición para la formación de células sanguíneas), como hierro, zinc, ácido fólico e importantes vitaminas como la B12.
  • Herencia, ya que una gran proporción de pacientes parece tener antecedentes familiares positivos.
  • Reacción negativa a las pastas dentales u otros productos para el cuidado bucal que contengan ciertos ingredientes.
  • Las condiciones sistémicas subyacentes, como la enfermedad de Crohn o el VIH, aumentan la vulnerabilidad de los pacientes a desarrollar estomatitis aftosa.

  • Estrés. Esto es bastante ambiguo y puede resultar difícil para los dentistas discutirlo con sus pacientes, pero los vínculos se han demostrado científicamente, por lo que sin duda vale la pena abordarlo como un posible contribuyente.

 

Ya sea que estén usando o no un producto para el cuidado bucal para tratar las llagas en la boca, recuerde a los pacientes que hagan lo que puedan por su cuenta para evitar irritar o empeorar la herida (es decir, evite morderla y trate de no comer alimentos picantes o beber alcohol).

 

Dada la dolorosa experiencia que puede ser la estomatitis aftosa recurrente para quienes la padecen, los profesionales dentales que puedan ayudar a sus pacientes a superarla serán muy valorados y apreciados. Es un problema común en el cuidado de la salud de la mucosa oral, y aunque puede que no haya una cura, definitivamente hay formas de disminuir el dolor y reducir las ocurrencias a través de medidas inteligentes.

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